Al llegar a casa, pon el pañuelo cerrado con una cinta bajo el árbol de navidad y piensa que a ser está fiesta la más feliz de tu vida e imagina una luz que emana de tu interior y te rodea, y que está llena de abundancia.
A la media noche, brinda con tu familia y después lleva el pañuelo con lo tiene en su interior al jardín o un prado o bosque y entiérralo bajo un arbusto con espinas. Una vez enterrado echa encima canela haciendo un circulo y di: “He aquí mi tesoro enterrado, él me pertenece por gracia del mandato divino”.
Esa noche mientras antes de dormir medita, lo que has hecho ese día y que a partir de ahora vas a tener prosperidad en tu vida.
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